La contemplación de las imágenes sagradas facilita la súplica y mueve a dar gloria a Dios. El fiel tiende a imprimir en su corazón lo que contempla en sus ojos.

Imagen de José Gabriel del Rosario Brochero, pintada a mano, terminación símil bronce. 40 cm.

José Gabriel del Rosario Brochero nació el 16 de marzo de 1840, en el paraje Carreta Quemada, cerca de Santa Rosa de Río Primero, en el norte de Córdoba (Argentina). Fue ordenado sacerdote el 4 de noviembre de 1866.

Tras desempeñar su ministerio sacerdotal en la catedral de Córdoba y ser prefecto de estudios del Colegio Seminario Nuestra Señora de Loreto, el 19 de noviembre de 1869 fue elegido vicario del departamento San Alberto, territorio de unos 10 mil habitantes, y de toda Traslasierra (región geográfica argentina). Se instaló entonces en Villa del Tránsito, la localidad que desde 1916 lleva su nombre.

Más adelante, Brochero jugó un papel decisivo en la asistencia a la población durante la epidemia de cólera que se desató en Córdoba. “Se le veía correr de enfermo en enfermo, ofreciendo al moribundo el religioso consuelo, recogiendo su última palabra y cubriendo las miserias de sus deudos. Este ha sido uno de los períodos más ejemplares, más peligrosos, más fatigantes y heroicos de su vida”, señaló uno de sus amigos, Ramón J. Cárcano, en uno de los testimonios recogidos en el proceso de canonización. El cura gaucho murió ciego, contagiado de la lepra. El Santo Cura Brochero fue declarado venerable en febrero de 2004 por San Juan Pablo II. El 20 de diciembre de 2012, Benedicto XVI firmó el decreto de beatificación que validaba el milagro que lo permitió. Este consistió en la recuperación total, sin explicación médica o científica, de un niño con diagnóstico de daño neurológico masivo, que lo había dejado en estado vegetativo tras un grave accidente vial. En enero de 2016, Francisco aprobó el milagro que posibilitó su canonización: la curación y recuperación de la niña Camila Brusotti, natural de San Juan (Argentina), quien había quedado al borde de la muerte tras ser víctima de una golpiza feroz. De manera similar al caso anterior, el daño corporal era de tal magnitud que una recuperación era imposible desde el punto de vista científico. La gracia de Dios, por intercesión de este santo, hizo posible la recuperación total de la niña.

Fiesta: 16 de marzo

Cura Brochero 40 cm - Símil bronce

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José Gabriel del Rosario Brochero nació el 16 de marzo de 1840, en el paraje Carreta Quemada, cerca de Santa Rosa de Río Primero, en el norte de Córdoba (Argentina). Fue ordenado sacerdote el 4 de noviembre de 1866.

Tras desempeñar su ministerio sacerdotal en la catedral de Córdoba y ser prefecto de estudios del Colegio Seminario Nuestra Señora de Loreto, el 19 de noviembre de 1869 fue elegido vicario del departamento San Alberto, territorio de unos 10 mil habitantes, y de toda Traslasierra (región geográfica argentina). Se instaló entonces en Villa del Tránsito, la localidad que desde 1916 lleva su nombre.

Más adelante, Brochero jugó un papel decisivo en la asistencia a la población durante la epidemia de cólera que se desató en Córdoba. “Se le veía correr de enfermo en enfermo, ofreciendo al moribundo el religioso consuelo, recogiendo su última palabra y cubriendo las miserias de sus deudos. Este ha sido uno de los períodos más ejemplares, más peligrosos, más fatigantes y heroicos de su vida”, señaló uno de sus amigos, Ramón J. Cárcano, en uno de los testimonios recogidos en el proceso de canonización. El cura gaucho murió ciego, contagiado de la lepra. El Santo Cura Brochero fue declarado venerable en febrero de 2004 por San Juan Pablo II. El 20 de diciembre de 2012, Benedicto XVI firmó el decreto de beatificación que validaba el milagro que lo permitió. Este consistió en la recuperación total, sin explicación médica o científica, de un niño con diagnóstico de daño neurológico masivo, que lo había dejado en estado vegetativo tras un grave accidente vial. En enero de 2016, Francisco aprobó el milagro que posibilitó su canonización: la curación y recuperación de la niña Camila Brusotti, natural de San Juan (Argentina), quien había quedado al borde de la muerte tras ser víctima de una golpiza feroz. De manera similar al caso anterior, el daño corporal era de tal magnitud que una recuperación era imposible desde el punto de vista científico. La gracia de Dios, por intercesión de este santo, hizo posible la recuperación total de la niña.

Fiesta: 16 de marzo

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